La vida es tan preciosa,
pero con tu llegada se volvió más hermosa; eres la alegría de nuestro hogar
y eso nunca lo vamos a olvidar.
Creciste en un ambiente de amor y cariño, por eso no te faltó los incondicionales amigos.
Nuestra niña chiquita, tierna y consentida, lo más bello que nos ha dado la vida, como un lindo capullo te vimos crecer y ahora una nueva vida vemos florecer.
Ya dejas las travesuras,
tus muñecas y caricaturas,
para comenzar tus sueños dorados
y los ideales que te has trazado.
Hoy tus padres te decimos:
sé siempre igual, alegre, cariñosa,
amiga y por sobre todas las cosas
no te olvides de Dios,
porque Él todo nos da
la vida, los sueños y la felicidad.