De paso por la vida, caminaste entre desérticos jardines,
donde inventaste un mundo mágico de colorines;
en ellos con tu luz, florecieron margaritas,
adornando caminos y montañas, que lucían estrellitas.
De paso por la vida, desbordando abrazos y sonrisas,
entre humanos tú, un ángel, acariciando suaves brisas;
caminaste junto a ellos, enseñándoles la ternura,
en nombre del amor derrotaste la amargura.
De paso por la vida, niña adorada, espíritu puro,
jugueteaste dichosa, y saltaste como canguro;
contagiada de vida y llenando momentos de retrato,
que se grabaron en la memoria de todos y tu querido gato.
De paso por la vida, y en tu corto caminar,
atendiendo a Dios que a su lado te quiso llamar;
abriste tus alas y te fuiste hacia el cielo,
después de cantar y decir mil “te quiero”.
Y pasaste por la vida con millones de razones,
como la de vivir por siempre en
nuestros corazones.